Doble falta



Este llamativo video, rimbombante y muy bien realizado, es para presentar en sociedad la nueva marca de Novak Djokovic, el mejor tenista de la actualidad según el ranking de la ATP.


Evidentemente el hecho de que un tenista tenga marca propia está supeditado a su rendimiento y a qué posición ocupa en el escalafón profesional. En cierto aspecto, también en su carisma o en sus atributos personales, transferibles en alguna —mucha— medida a un uso comercial, por ende, explotable desde lo económico.


En este caso, nos encontramos frente a una marca que es lo que es: una suerte de confusa y no del todo lograda fusión entre la N, oculta, y la D, más nítida. Es lo que es, pero no parece contentarse con eso; la argumentación que propone el video es sumamente dispersa. En ella se nos pasea por la historia de la antigua Roma; por las iniciales manuscritas croatas; por aves volando y por un potable entrelazamiento de pelotas de tenis que nunca llegará a verse plasmado en la marca, ocupada en contar demasiadas historias a la vez.


En resumen, no hay nexo alguno entre el resultado formal y su pre-historia. Eso, que suele ocurrir (en muchas marcas es imposible inducir qué pasos llevaron a su resolución gráfica) en este caso queda de manifiesto de una manera grosera ya que se produjo un video especialmente para mostrar un proceso que, en vez de aclarar, confunde.


Todo lo anteriormente escrito tiene muy poco valor, ya que a Novak le gustó su nueva marca y eligió este signo para representarse y seguir facturando.

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