¿Dis-tin-to?

Adrián Escandar, www.infobae.com
A esta altura del partido, no estamos acostumbrados a ver afiches políticos que digan algo más que frases medianamente pegadizas y eslóganes vacíos de todo contenido. Desde hace años el afiche político ya no cuenta ideas ni propuestas; se limita a mostrar físicamente al candidato en fotos producidas para parecer más transparente, más ameno, más honesto. Salvo contadísimos casos, las ideas de ese candidato y las propuestas que él impulsará en caso de ser electo se omiten deliberadamente, menos por las limitaciones del medio que por la frecuente laxitud y flexibilidad de aquellas...

Sergio Massa, fundador del llamado Frente Renovador, quien de joven estuvo a la derecha de la juventud que militó en la UCeDé y luego pasó al menemismo para desembocar, como tantos otros, en el kirchnerismo (el Anses y la jefatura de gabinete destellan en su currículum), lanzó a las calles un afiche que llama la atención. Primeramente porque no parece un afiche político, lo cual no deja de ser interesante: altera sus códigos compositivos tradicionales colocando al candidato (joven, tostado, vestido con una informal remera gris, que le sube la apuesta a la ya remanida corbata floja o a la más reciente camisa sin corbata) en una posición poco frecuente, en un plano contrapicado que lo pone por sobre el resto de los mortales, con una mirada y una expresión de serena suficiencia que puede ser entendida como "sé todo lo que hay que hacer". Tipográficamente, además, reafirma el "distinto" separándolo en sílabas (con un punto final, que corta por lo sano cualquier debate al respecto) y mediante el uso de una sobria oblicua sans-serif, juega y se opone a la diagonalidad que la cuidada foto aporta. "Un país" (que es lo que la frase dice textualmente que será distinto) se empequeñece casi al punto de ceder por completo su espacio a otra idea, más conveniente: que el distinto es el propio Massa. ¿Distinto a qué? ¿Distinto a quiénes?

De todos modos, podemos imaginarnos que de la mano de Massa el país no va a ser demasiado distinto al actual, así que es de valorar ese ejercicio de honestidad, aunque sea a medias, que implica reducir el tamaño de esas dos palabritas que incomodan por su amplitud y su peso.

Luego, algo llamativo: la ya frecuente ausencia de un partido político que firme el afiche. ¿Partido ya es algo anacrónico? Bueno... ¡de un frente, una agrupación, una sociedad de fomento! Algún tipo de organización humana, colectiva, asociativa, grupal, que sostenga la emisión de ese mensaje de un candidato a presidente que, en tanto político, es necesariamente no individual.

No hay +a15, no hay Frente Renovador que valga... No hay ningún dato más, ¡ni links a redes sociales hay! Sí hay una imagen cautivante, seductora; un mensaje ambiguo, equívoco. A tono con los últimos años de la política argentina, todo un plan de gobierno.

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